Tag Archives: Aguas de aporte
Tratamiento de Aguas para Calderas: alternativas de tratamiento
Tratamiento de Aguas para Calderas
El uso de vapor como recurso productivo y fuente de calor, es un común denominador en la inmensa mayoría de instalaciones del sector agroalimentario. Por tanto, hemos de dedicar especial atención a este servicio en lo que concierne a su producción y eficiencia. La referencia en la que analizaremos la facilidad de producción de vapor a partir de una fuente de agua conocida será básicamente la salinidad, y dentro de ella, ciertos elementos y contaminantes disueltos.
Imaginemos una instalación industrial, una fábrica cualquiera que requiere una determinada necesidad de vapor horario, bien de aplicación directa o indirecta. En el primer caso evidentemente habrá que tener especial cuidado en la elección de los productos químicos que pudieran requerirse para el acondicionamiento y que podrían pasar al vapor producido. Trabajaremos a una presión baja/media y nos encontramos con un agua con un contenido de sales disueltas próximo a los 2.000 ppm.
Básicamente, podemos echar mano de dos tecnologías para el tratamiento de aguas para calderas: el ablandamiento con resina de intercambio iónico ciclo sodio (a) y nuestra ósmosis inversa (b).
a) En la primera alternativa de tratamiento de aguas para calderas, el caudal de alimentación de agua a la caldera se corresponderá con el de producción de vapor requerido, a lo que habrá que descontar el porcentaje de recuperación de condensados, más la compensación de pérdidas por purgas establecidas en función de la calidad de agua bruta. Esto es, conseguir que en el interior de la caldera aseguremos una calidad (salinidad) de agua conforme a la Norma y recomendaciones técnicas del fabricante de la caldera.
Del total de sales disueltas, de 2.000 ppm, supongamos que la Dureza Total es de 80ºF, siendo 30ºF la correspondiente a la temporal y la diferencia 50ºF, la dureza permanente. El descalcificador nos dará un agua prácticamente libre de dureza, todo el calcio y magnesio se intercambiará con el sodio presente en la resina. Nuestra analítica simplemente variará aumentando la concentración de sodio en una cantidad correspondiente a los equivalentes eliminados de calcio y magnesio, con una ligera disminución de la conductividad y leve aumento del TDS. La salinidad y la alcalinidad nos fijarán los ciclos de concentración factibles para cumplir con la Norma, definiéndonos el caudal de purga horaria, que habrá que sumar a la alimentación continua de agua blanda.
Desde esta perspectiva, el análisis económico pasa por sumar:
– Descalcificador propiamente dicho y complementarios (prefiltro, tanque de salmuera, etc.), con funcionamiento a corriente o contracorriente.
– Consumo diario de agua para la caldera.
– Consumo de agua para la regeneración de las resinas.
– Consumo diario de sal en pastillas o salmuera líquida.
– Consumo de inhibidor de incrustación.
– Secuestrante de oxígeno.
b) Veamos ahora, el mismo planteamiento para el tratamiento de aguas para calderas, resuelto a partir de tratar el agua de alimentación de la caldera mediante un equipo de ósmosis inversa.
Partiremos evidentemente de la misma calidad de agua y el porcentaje de recuperación de condensados que consideramos en el caso del ablandador (descalcificador) de agua. Pero la gran diferencia radicará en el régimen de purgas según Norma, sustancialmente menor. Podríamos decir que concentraríamos casi 50X con respecto al agua alimentada desde un descalcificador, básicamente determinado por la alcalinidad. Si nos guiásemos por la salinidad, podría ser mayor pero incumpliríamos con lo primero. Ello nos dicta directamente un caudal de purga muchísimo menor, que apenas altera el caudal de agua tratada de alimentación a la caldera.
El equipo de ósmosis inversa resulta muy sencillo, previsto para un funcionamiento ininterrumpido (mejor) de 20-22 horas, con su depósito pulmón de salida. Podríamos trabajar cómodamente a una conversión del orden del 65%, con recuperación de agua concentrada a la alimentación incrementaríamos en un 10% esta recuperación.
Si bien el rechazo de las membranas actuales es elevadísimo para iones divalentes (dureza), hemos de reconocer que tendremos una fuga de dureza que incluso puede mitigarse con la instalación de un pequeño descalcificador diseñado por caudal y no por carga. Tampoco haría falta un equipo dúplex de servicio continuo ya que nos podemos permitir el lujo de alimentar la caldera con agua osmotizada mientras dure la regeneración – nunca mucho más de 2-3 horas – si aconteciera durante la marcha de la ósmosis inversa.
A diferencia del descalcificador, el agua osmotizada presentará cambios sustanciales respecto a los parámetros de alimentación del equipo en toda su composición química.
A priori, una instalación de ósmosis inversa acusa un grado de complejidad mayor que la simple instalación de un descalcificador y por tanto, comparando el análisis anterior, podríamos agregar:
– Pretratamiento antes de la ósmosis inversa: filtro multimedia, cloración/decloración, dosificación de químicos.
– Equipo de ósmosis inversa propiamente dicho.
– Ablandador de agua de afino para la dureza residual (opcional)
– Consumo diario de agua para la caldera.
– Consumo de agua en el rechazo de la ósmosis inversa
– Consumo de agua para retrolavado filtro multimedios antes de ósmosis inversa
– Consumo de agua mínimo para la regeneración de las resinas del descalcificador de afino.
– Consumo diario de sal en pastillas o salmuera líquida mínimo para el descalcificador de afino.
– Consumo diario de antiincrustante dispersante.
– Consumo diario de reductor bacteriostático
– Consumo de inhibidor de incrustación.
– Consumo eléctrico.
– Consumo prorrata de membranas a partir del 4º año.
– Secuestrante de oxígeno.
– Consumo de cartuchos filtrantes microfiltración seguridad ósmosis inversa
Hechas todas estas consideraciones, podemos abordar un primer análisis económico y decir:
– Claramente, a nivel de INVERSIÓN, la ósmosis inversa resulta la opción menos ventajosa, sensiblemente más onerosa que la descalcificación.
– En cuanto a coste operativo, debe también mencionarse que existe un AHORRO ENERGÉTICO que resulta de operar sin necesidad de purgar agua que es CALIENTE como ocurre en las purgas de caldera. La diferencia de purgas entre un sistema y otro son muy significativas. Si suponemos que el agua de aporte de pozo está a unos 15ºC y la purga próxima a 200ºC, correspondiente a unos 12 bares de operación de caldera, necesitaremos casi 200 Kcal/Kg de agua para este delta T. Por tanto, y he aquí lo más importante, TODO el agua purgada lleva consigo muchísimas calorías consigo y, si a esto lo afectamos por el coste del combustible de la caldera y el rendimiento de la misma, resulta que al cabo del día nos encontramos con un importante valor económico que representa una suma muy considerable al cabo del año.
Resulta entonces una razón de peso mayor en este análisis el derroche de euros en conceptos de purgas, aun procurando hacerlas no del fondo de caldera sino por encima del nivel de agua. Así todo, al cabo de un año representarían un importe superior a disponer de una instalación de ÓSMOSIS INVERSA.
Por todo lo dicho y sin haber entrado en cálculos más finos, es un hecho objetivo que alimentar calderas de cierta envergadura como las que habitualmente encontramos en cualquier industria alimentaria, se convierte en prohibitivo si no se escoge la solución adecuada para rebajar el nivel salino del agua disponible en planta.
La falta de conocimiento profundo de ambas tecnologías para el tratamiento de aguas para calderas, especialmente la de ósmosis inversa por parte del personal de planta aplicado a sus funciones específicas, da lugar a dudas e indecisiones que deben ser aclaradas con la asistencia de un tecnólogo en aguas o ingeniería especializada.
Recomendamos por tanto:
– Cotejar las posibles soluciones tecnológicas disponibles.
– Cuantificar económicamente tanto la inversión como no menos importante el coste de operación de aquellas.
– Disponibilidad, calidad y cantidad de agua necesaria en cada posible solución.
– Coste medioambiental implícito del agua desechada. En el caso del descalcificador la salmuera descartada en términos de conductividad y cloruros, no cumple con ninguna Administración. El rechazo de la ósmosis se conoce perfectamente a partir del balance de masas aplicado al sistema y podrá en la inmensa mayoría de los casos descartarse sin mayores problemas.
– Cuantificar energética/económicamente el volumen de purgas.
Finalmente, un sistema de ósmosis inversa bien dimensionado, bajo el estricto control en todo el proceso de diseño, ejecución y puesta en marcha de personal experimentado, con todos los complementos necesarios para un óptimo funcionamiento, con la facilidad de integrarse rápidamente al resto de la programación y automatización de planta, debe ser sin dudas la mejor solución adoptada para el tratamiento de aguas para calderas.
tratamiento de aguas para calderas
Tratamientos de aguas para Bodegas: Desinfección mediante radiación ultravioleta en bodegas
Tratamientos de aguas para Bodegas
El sistema de desinfección mediante radiación ultravioleta es muy utilizado en bodegas. Al tratarse de una industria alimentaria, el agua debe cumplir con las exigencias del Real Decreto 140/2003. En tal sentido los biocidas que pueden incorporarse al agua de consumo humano están muy restringidos y prácticamente limitados al cloro, pero en muchos procesos el agua debe usarse declorada para garantizar la calidad del vino. Esto obliga a las bodegas a disponer de un sistema de desinfección de probada eficacia para garantizar la calidad microbiológica del agua en los puntos de consumo.
La desinfección por radiación ultravioleta se basa en generar una radiación con una longitud de onda de 254 nm (nanómetros) que es muy efectiva para la desinfección. El ADN que encontramos en las células de todos los seres vivos presenta un máximo de absorción cercano a esta longitud de onda. Si se irradia el ADN con radiaciones de 254 nm, se provoca una reacción fotoquímica que lo desactiva. De esta forma queda paralizado el metabolismo de los gérmenes impidiendo la posibilidad de reproducción, con lo cual el germen se neutraliza.
Por otra parte los equipos de radiación ultravioleta permiten eliminar el cloro combinado residual que haya podido traspasar los filtros de carbón activo típicamente utilizados en la decloración del agua de aporte en la industria del vino, lo cual en una bodega aporta una seguridad adicional en la prevención de la formación de derivados clorados y tricloroanisol.
La desinfección mediante radiación ultravioleta es un proceso rápido y muy efectivo, no obstante cuando se utiliza en una bodega, para garantizar la desinfección debe tenerse en consideración que:
-Para la inactivación de los microorganismos se precisa una determinada energía de radiación UV que puede ser distinta dependiendo del tipo de microorganismo; para asegurar la desinfección del agua la Norma UNE-EN 14897 especifica que la dosis mínima de radiación UV debe ser de 400 J/ m2, que ha demostrado ser suficiente para la inactivación de la mayoria de bacterias y virus. El equipo que se utilice debe ser capaz de suministrar esta dosis en las condiciones reales de funcionamiento.
Para poder garantizar la desinfección del agua, en los equipos UV se debe ajustar siempre el caudal de agua tratada a la transparencia del agua a la radiación ultravioleta. En un agua opaca la luz UV no puede pasar y la desinfección no se realiza.
La radiación UV no es visible para las personas y un agua con sustancias opacas a la luz UV puede ser totalmente transparente para el ojo humano. Por este motivo siempre se debe analizar un parámetro denominado “transmitancia” en la longitud de onda utilizada para la desinfección (normalmente 254 nm). El valor de este parámetro nos indicará la transparencia del agua a la radiación ultravioleta utilizada y nos permitirá determinar el caudal máximo que puede pasar por el equipo para obtener la dosis mínima de radiación que garantice la desinfección.
-Si la desinfección mediante radiación ultravioleta se realiza en circuitos de agua caliente debe considerarse que las características de las lámparas generadoras de radiación UV dependen de la temperatura. En general los equipos standard son adecuados para agua hasta una temperatura máxima de 35 40 oC, pero la dosis de radiación suministrada disminuye en forma muy importante con la temperatura. Cuando se desea realizar una desinfección en un circuito de agua caliente se deberá utilizar un equipo diseñado para proporcionar una dosis útil de radiación a la temperatura de trabajo.
-La desinfección mediante radiación UV no posee ningún efecto residual; por consiguiente, normalmente debe realizarse lo más cerca posible del punto de consumo.
El agua descalcificada, declorada y desinfectada mediante radiación ultravioleta se puede utilizar como aporte para el lavado de barricas, lavado de botellas, lavado de filtros y aporte a humidificadores.
Tratamientos de aguas para Bodegas
Ventajas de utilizar Filtros de lavado en Continuo para el tratamiento de agua de procesos y aguas de aporte
Filtros de lavado en continuo para el tratamiento de agua de procesos y aguas de aporte
El sistema de filtrado con sistema de lavado en continuo, supone un gran avance tecnológico con respecto a los sistemas convencionales. Estos funcionan de forma discontinua con un descenso progresivo en su rendimiento, en cuanto que garantizan el caudal y la calidad continua del filtrado, sin necesidad de interrupción durante el proceso.
El mecanismo de limpieza aplicado del lecho de arena, hace que este sistema sea único.
Hay distintos modelos que en función del caudal, del agua que se debe tratar, de la calidad del agua, etc. Puede ser variada su fabricación, adaptando el sistema por tamaños, materiales y características requeridas de diseño.
La fabricación más estándar es el modelo que produce 60 m3/h en construcción de acero inoxidable AISI 304, cuyo diámetro es 2,5 m y altura 5 m, pero este modelo puede cambiar en dimensiones, en base a las características que se requieran y que son función de la velocidad de paso, puede cambiar los materiales constructivos, dependiendo de las condiciones de resistencia de estos ante distintas tipologías de agua o incluso por exigencias del proyecto.
El equipo cumple con los estándares de calidad establecidos y que garantizan la idoneidad de su fabricación y funcionamiento.
Hay que resaltar que los filtros de lavado en continuo tienen ventajas respecto de los sistemas convencionales de filtración, mediante sistemas tricapas a presión. Las ventajas más destacadas que presentan los filtros de lavado en continuo son las siguientes:
1) En primer lugar y el más importante, son los costes de operación tan reducidos que tienen los filtros, prácticamente despreciable.
2) En segundo lugar y no por ello menos importante, la no necesidad de personal técnico de mantenimiento para la operación. NO tiene equipos que pueda ocasionar averías y en consecuencia paradas del sistema.
3) No necesidad de tener repuestos, ante la previsión de averías.
4) Un detalle a resaltar es que la calidad del agua es siempre constante, a diferencia de los cerrados. Los filtros que trabajan a presión y con contralavados, la calidad varía en función del punto de operación en el que se encuentran, además la producción de agua también cambia.
5) Fácilmente ampliable.
6) No tiene necesidades energéticas elevadas, por lo que los costes de implantación a su cargo son más bajos, porque no tienen que llevar una acometida eléctrica exagerada.
7) No necesitan edificio, es todo construcción en acero inoxidable y no tiene elementos electromecánicos que se dañen.
8) No tiene crepinas que se rompan y que obliguen a vaciar el filtro para la reparación, labor muy costosa.
Si quieres saber más sobre el diseño y funcionamiento de los filtros de lavado en continuo puedes visitar el siguiente enlace: