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Aguas residuales en mataderos de Aves: Cómo mejorar el consumo de agua y energía térmica durante el proceso de escaldado
Aguas Residuales en Mataderos de Aves
El escaldado se realiza para aflojar la inserción de las plumas en los folículos, ya que su eliminación no es posible realizarla en seco, y de esta manera facilitar la posterior operación de desplumado.
Normalmente el escaldado se realiza por inmersión en agua caliente, y se distinguen tres tipos: el escaldado alto, el escaldado medio y el escaldado bajo, dependiendo del binomio temperatura – tiempo utilizado. Los más utilizados en España son el escaldado alto y el bajo. El tiempo de escaldado suele ser entre 2,5-3,5 min.
Durante la permanencia de las canales en el escaldador, el agua debe agitarse para que penetre entre las plumas y llegue a la piel, cumpliendo su función de abrir los folículos. Los sistemas de agitación principales son el bombeo, las turbinas y la inyección de aire.
La temperatura se regula de forma automática, bien mediante reguladores que permiten la entrada de vapor o de agua caliente, o bien reguladores todo/nada.
Una solución de compromiso para reducir en lo posible la contaminación de las Aguas Residuales en Mataderos de Aves es utilizar el escaldado a contracorriente, en el que el agua limpia entra al baño por donde salen las aves y entre dos baños se instala una ducha de agua caliente para limpiar las aves, cayendo el agua al baño del que acaban de salir. De esta forma disminuye la contaminación que puedan traer las aves.
Normalmente, antes del escaldado, los pollos no pasan por ninguna etapa de lavado, por lo que toda la suciedad que arrastran desde el momento de la carga en la granja permanece aún sobre su superficie. Si pasan de esta forma a la etapa de escaldado, toda esta suciedad pasará al agua de escaldado, contaminándola rápidamente y provocando un aumento de la frecuencia de renovación; de lo contrario, la calidad higiénica de las canales podría verse perjudicada. Adicionalmente se consume mayor cantidad de energía térmica, puesto que hay que calentar mayor volumen de agua debido a la mayor renovación.
Para evitar la contaminación prematura del agua y al mismo tiempo ahorrar energía térmica, pueden someterse las aves a una limpieza previa al escaldado. Así, la transferencia de contaminación del ave al agua es menor, pudiendo reutilizarse más tiempo el agua, con los consiguientes ahorros de agua y energía.
Como ventaja adicional, se obtiene una reducción de la contaminación de los animales, puesto que se evita al menos parcialmente la transferencia de contaminación de unas aves a otras.
Para conseguir esta mejora con las Aguas residuales en mataderos de Aves el único equipamiento necesario serían las duchas, a instalar entre las etapas de desangrado y escaldado.
Entre los beneficios que se pueden conseguir están:
1) La reducción del consumo de agua y energía: al llegar las aves más limpias a la etapa de escaldado, las aguas de escaldado pueden recircularse más tiempo, ahorrando así agua y energía térmica.
2) Minimización de residuos: adicionalmente, al reducirse la transferencia de contaminación entre unas aves y otras, se reducirá la cantidad de residuos al declararse no aptas menos canales durante la inspección veterinaria.
Tengamos en cuenta que una de las operaciones de mayor consumo de energía térmica en los mataderos de aves es el escaldado. En esta operación se invierte gran cantidad de energía térmica en mantener los tanques de escaldado por inmersión a una temperatura adecuada (superior a 60ºC) durante toda la jornada laboral, además de calentar el agua de aporte que se incorpora para compensar las pérdidas ocasionadas por el continuo paso de los pollos. Los escaldadores que no están adecuadamente aislados o los que están casi completamente abiertos no son energéticamente eficientes puesto que constantemente están perdiendo calor, lo que motiva un mayor consumo de energía térmica para compensar las pérdidas.
Además de la ausencia de aislamiento o cobertura del tanque de escaldado, pueden provocar pérdidas de energía determinadas actitudes como no tomar las medidas oportunas o no prestar la suficiente atención en el llenado manual de los escaldadores. Si esto ocurre pueden producirse pérdidas innecesarias de agua caliente en el momento de llenar los escaldadores y también a lo largo de la jornada con los sucesivos aportes de agua de reposición.
Para mejorar la eficiencia energética del escaldado puede instalarse otro sistema de escaldado diferente al de inmersión en aquellas instalaciones donde sea económicamente viable. Si no es viable, se pueden adoptar algunas de las medidas siguientes:
1) Para minimizar las pérdidas de calor por los laterales debe aislarse térmicamente el tanque de escaldado.
2) Para minimizar las pérdidas de calor y la evaporación desde la superficie del agua debe cubrirse la parte superior. Para ello pueden emplearse bolas de plástico para cubrir la superficie.
3) Para minimizar las pérdidas de calor por reboses de agua caliente cuando el tanque está lleno de animales debe controlarse el nivel de agua del tanque de escaldado. En el caso de los tanques provistos de sistemas de llenado automático se pueden instalar sondas de nivel. Las sondas de nivel de control automático de llenado, si funcionan correctamente y se realiza el mantenimiento adecuado, pueden liberar al operario de esta responsabilidad. Si el llenado es manual se deberá realizar una marca de nivel que indique el punto de llenado máximo para que no se produzcan pérdidas por rebose cuando el tanque esté lleno de aves.
Entre los beneficios que se pueden conseguir están:
1)Se reduce el riesgo de quemaduras de los operarios al disminuir la superficie caliente al descubierto.
2) Reducción del consumo energético: el ahorro energético en esta operación está asociado a la prevención de pérdidas de calor por radiación (el aislamiento puede limitar la transmisión de calor a 0,5 kW/m2 superficie) y la pérdida de agua caliente. Además, puesto que en general se reducirán las necesidades de ventilación, se consumirá menos energía.
3) Reducción de olores: una menor evaporación redundará en una emisión de olores menor.
4) Reducción del consumo de agua, ya que se evita perder agua por llenado excesivo y por evaporación.
Aguas residuales en mataderos de pollos: Optimización del desangrado y la recogida de la sangre en un matadero de Pollos
Aguas Residuales en Mataderos de Aves
El desangrado es una operación clave desde el punto de vista ambiental de las Aguas Residuales en Mataderos de Pollos, ya que la sangre tiene una carga orgánica muy elevada, y su incorporación a las aguas residuales produce un aumento muy significativo de la carga contaminante. La sangre tiene una elevada DQO (375.000 mgO2/l) por lo que cualquier reducción de la cantidad de sangre que acaba yendo a las aguas residuales se considera una opción de minimización de la carga contaminante muy adecuada. Según algunos datos, el total de sangre por animal puede suponer un 3,6% del total del peso del animal en el caso de las aves.
Para evitar el paso de la sangre a las Aguas Residuales en Mataderos de Aves existen varias técnicas:
1) Garantizar un desangrado óptimo para no contaminar las aguas del escaldador.
2) Recoger toda la sangre e instalar un drenaje doble para garantizar que no se incorpore sangre a las aguas residuales.
GARANTIZAR EL DESANGRADO ÓPTIMO
Deben establecerse unos tiempos de desangrado mínimos que aseguren la máxima recogida de la sangre.
El desangrado del animal sacrificado se realiza entre las operaciones de sacrificio y escaldado, estando su duración condicionada por el diseño de la instalación y el volumen de producción del matadero. A menudo, este tiempo no es suficiente para asegurar el desangrado óptimo del animal, produciéndose un excesivo vertido de sangre al agua de escaldado. El tiempo mínimo recomendado de desangrado del pollo es de 1,5-3 minutos.
RECOGIDA DE LA SANGRE
La Mejor Técnica Disponible siempre será la instalación de sistemas que permitan la recogida total de la sangre dentro de la zona de desangrado, reduciendo al mínimo la caída de sangre en otras partes de la instalación y evitando que restos de la misma lleguen a los sistemas de recogida de aguas. Con esta medida se evita aumentar de forma considerable la carga orgánica de las aguas residuales y se puede aumentar la cantidad de sangre que se puede gestionar como subproducto.
Pensando en el posterior aprovechamiento de la sangre recogida, es fundamental que esta sea recogida de la forma más higiénica posible.
DRENAJE DOBLE
En la zona de desangrado se instala un sistema de drenaje con dos tuberías: una que conduce al tanque de almacenamiento de la sangre y otro que lleva al desagüe. Durante las operaciones de sacrificio, se utiliza la tubería que conduce al tanque de almacenamiento de la sangre, mientras que durante la limpieza, se utiliza la que conduce al desagüe. De esta forma, la sangre recogida no está diluida con agua y se reduce al mínimo la cantidad de sangre presente en las aguas residuales.
Existen algunos sistemas automatizados que impiden el comienzo de las operaciones de sacrificio si el drenaje que conduce al desagüe está abierto.
Como medida adicional, al terminar la operación de sacrificio y antes de comenzar la limpieza con agua, puede recogerse la sangre restante de forma que se incorpore al tanque de almacenamiento de la sangre en lugar de ir al desagüe.
DEPOSITOS INTERMEDIOS
Es conveniente almacenar la sangre que aún no ha pasado la inspección veterinaria de forma separada del resto. De este modo, si la sangre es rechazada, no hay que eliminar toda la sangre almacenada hasta ese momento.
La eliminación de la sangre en las piezas cárnicas utilizadas en la elaboración de productos cárnicos puede ser crítica en algunos casos. Un buen desangrado redunda en una mejor calidad de la carne al evitar la proliferación bacteriana.
Si la sangre se recoge en condiciones higiénicas y se almacena adecuadamente puede considerarse como subproducto utilizable en otras industrias (alimentaria, farmacéutica, cosmético, etc).
El beneficio por venta de la sangre es muy variable en función de la calidad higiénica de la sangre y de la distancia al centro de valorización. La sangre que se recoge higiénicamente puede venderse, obteniéndose un beneficio económico.