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Manual básico de ósmosis inversa en la industria
El empleo de sistemas de ósmosis inversa en la industria del acondicionamiento de agua continúa creciendo, y Aema no permanece ajeno a esta tendencia.
A medida que se ponen en servicio más sistemas, es importante que tanto los profesionales de la calidad del agua como futuros usuarios amplíen su comprensión de esta tecnología. Es por ello, que hemos decidido publicar este manual básico de ósmosis inversa en la industria.
Esta información puede aplicarse en general a todos los sistemas de ósmosis inversa, si bien en cierto pueden acontecer casos en los que nos encontremos con aguas más problemáticas con sus especiales características como contener otras impurezas, como altos niveles de compuestos orgánicos, hierro, manganeso, sulfuro de hidrógeno y otros constituyentes que pueden afectar el rendimiento y la vida de la membrana RO, pero no se tratan en este artículo.
RO (Reverse Osmosis) u Osmosis Inversa es un proceso en el que el agua se alimenta a una membrana semipermeable. En la superficie de la membrana, el agua se separa de su contenido casi total de minerales disueltos. En este punto del proceso, el agua purificada, al pasar a través de la membrana, se captura y se convierte en agua permeada (también conocida como agua producida) y las aguas de rechazo o concentrado se envían al drenaje e incluso parte del mismo, por razones de diseño, pueden recircularse a la aspiración de la bomba de alta presión.
Los Sólidos disueltos totales (TDS) que se encuentran a menudo en el agua consisten principalmente en cationes de calcio, magnesio, sodio y potasio, junto con aniones de cloruro, sulfato, silicato y bicarbonato. También están presentes en el agua pequeñas cantidades de material orgánico, tierra, arcilla, limo, partículas minerales y microbios, junto con múltiples cationes y aniones. Estos elementos traza pueden ser hierro, estroncio, bario, nitrato, plomo, cobre, fluoruro, manganeso … y la lista continúa. Un análisis exhaustivo del agua es el mejor comienzo para cualquier proyecto de RO y también sirve como una herramienta útil para diagnosticar problemas con los sistemas que están actualmente en funcionamiento. Ayuda a garantizar que el pretratamiento se dimensione y se seleccione correctamente y ayuda a establecer pautas para las tasas de permeado y la recuperación general del sistema.
Manual básico de ósmosis inversa en la industria
Pretratamiento
El tratamiento previo para la mayoría de los sistemas de RO se puede dividir en cuatro tipos de tratamiento previo:
1) Control de sedimentos
El prefiltro en sí mismo en un sistema de RO ensamblado en fábrica no debe ser considerado como el único control de sedimentos para el sistema. Se prefiere un filtro de sedimentos de lavado a contracorriente de tipo multimedios sílex antracita como la primera pieza del equipo en la línea de pretratamiento y también sirve como protección para otras tecnologías de pretratamiento donde hay más sedimentos presentes. Idealmente, el método de control de sedimentos debería seleccionarse para garantizar un valor de índice de densidad de limo (SDI) < 3. SDI se discute más adelante en el tema de las tasas de flujo. Si no se aborda, los valores de SDI > 3 pueden causar un tapón prematuro de la membrana. El sistema de RO debe bloquearse cuando el filtro de sedimentos se lava a contracorriente para que no haya sedimentos o no haya valores altos de SDI en el agua de alimentación de RO.
2) Decloración
Por lo general, se realiza con carbón activado dimensionado a 3.7 gpm (galones por minuto) por pie cúbico de flujo de servicio de carbono. El filtro de carbón debe dimensionarse para satisfacer la demanda del caudal de alimentación del sistema RO, no la tasa de permeado. La velocidad de flujo de alimentación siempre será mayor que la velocidad de permeado. El carbón activado también reduce los compuestos orgánicos; sin embargo, se requieren caudales mucho más bajos para lograr una reducción orgánica. Para eliminación de cloro puede resultar aceptable un EBCT (Empty Bed Contact Time) de 4 minutos, mientras que para remoción tipo orgánica no deberíamos trabajar por debajo de 10. RO debe bloquearse cuando el filtro de carbón se lava a contracorriente para que el agua clorada no dañe las membranas de RO.
La inyección química de metabisulfito de sodio también se puede usar para la decloración, inyectada en la práctica a 3 ppm (partes por millón) por cada ppm de cloro libre. Los filtros de sedimento y carbón deben programarse para retrolavarse en diferentes momentos. Esto asegurará que haya disponible un amplio volumen de agua y presión para el lavado a contracorriente de cada filtro. El bloqueo de la RO, para que no pueda funcionar mientras los filtros de sedimento y carbón están en contralavado, garantiza que la bomba de RO no cavitará si estos filtros no tienen una función de bypass automático. Si los filtros tienen una función de bypass automático, entonces el sistema RO debería apagarse independientemente para evitar daños a la membrana por el cloro y los sedimentos.
3) Control de incrustación (scaling)
Esto es más comúnmente realizado por los descalcificadores de agua tradicionales. El descalcificador debe ser un sistema doble alterno, a menos que la demanda de agua de alimentación del RO sea baja, la dureza del agua sea baja, que exista un almacenamiento adecuado de permeado y que el descalcificador pueda bloquear el RO durante la regeneración. La inyección de productos químicos antiscalantes en lugar de descalcificar o ablandar el agua es también un medio popular de control de incrustación. Un análisis de minerales es especialmente importante cuando se usan agentes antiincrustantes químicos porque todos los minerales y metales aún están en el agua de alimentación. Por lo tanto, la recuperación del sistema dependerá de los niveles de estos constituyentes y del rendimiento del químico antiscalante. Sin algún tipo de control de incrustación, una membrana de RO podría incrustarse en cuestión de horas, dependiendo de la química del agua de alimentación y la recuperación del sistema.
4) Control biológico
Un esterilizador ultravioleta (UV), que produce radiación germicida UV de 254 nanómetros y dosis a 30,000 microwatt segundos por cm2, es una buena defensa contra los microbios generales. Los microbios pueden formar biopelículas en la superficie de la membrana, lo que reduce la producción de permeado. El sistema UV debe ser prefiltrado con un filtro de cartucho de 5 micrones para maximizar la transmisión de UV en el agua. Bien es cierto que estos equipos esterilizadores han evolucionado positivamente y hoy contamos con equipos con lámparas de efecto óptico multibanda desde 200 hasta 400 nanómetros, mucho más efectivos de cara a proteger la asepsia de la membrana, impidiendo que ciertos microorganismos proliferen y excreten exopolímeros (EPS). Si se emplea un descalcificador de agua tradicional como método de control de incrustación para el sistema de RO, entonces el esterilizador UV recibirá el beneficio adicional de la formación de incrustaciones reducidas en la lámpara de cuarzo del UV donde tenemos mayor temperatura, menor solubilidad de sales disueltas. Esto mejorará la transmisión de UV al agua y reducirá los intervalos de limpieza de la camisa de cuarzo, por lo que el sistema UV debe instalarse después del descalcificador de agua. Si se está utilizando un químico antiscalante, en lugar del descalcificador de agua tradicional para el control de la incrustación de la membrana, consulte con el fabricante del antincrustante para confirmar que el sistema UV no tendrá un efecto adverso en el rendimiento del químico utilizado.
Recuperación porcentual
Se pone mucho énfasis en el porcentaje de recuperación en el que opera el RO. Si se alimenta una RO de 1.000 litros/hora y se envía 500 l/h para drenar (rechazar) y 500 l/h al tanque de agua permeada, esto se conoce como recuperación del 50 por ciento. El porcentaje de recuperación de un RO se puede calcular por:
Permeado (unidades de caudal, ej. Litros/hora) / Alimentación (unidades de caudal, ej. Litros/hora) x 100 =% de recuperación
Si una RO está produciendo un permeado de 6.500 l/h y un rechazo de 3.500 l/h (6.500 + 3.500 = 10.000), entonces el flujo de alimentación es de 10.000 l/h. Por lo tanto, la recuperación es 6.500 / 10.000 x 100 = 65%. La recuperación es importante porque todas las sales disueltas en el agua tienen una limitación en cuanto a qué tan alto pueden concentrarse en las membranas y permanecer disueltas. La química del agua en un sistema de RO cambia desde el extremo de alimentación de la membrana hasta el extremo de rechazo. Las aguas residuales de un sistema de RO tienen un TDS más alto que el agua de alimentación del sistema. La diferencia en el TDS entre el agua de alimentación y el agua de drenaje está directamente relacionada con la tasa de recuperación en la que opera la RO. Si se suministra agua a una RO con un TDS de 500 ppm y está operando a una recuperación del 50 por ciento, el flujo de desechos tendrá un TDS de 1,000 ppm. Esto es atendiendo al factor de concentración definido como F = 1/(1-R), en este caso 1/(1-0,5) = 2. Con una recuperación del 60 por ciento, el TDS de aguas residuales será de 1,250; F=1/(1-0,6)=2,5; 1,250 = 2,5 x 500 ppm y 2,000 ppm con una recuperación del 75 por ciento; F=1/(1-0,75)=4; 2.000 = 4 x 500 ppm. Un sistema de RO tendrá una mayor probabilidad de cometer fallas o incrustación a altas tasas de recuperación. A medida que aumenta el TDS del agua en las membranas, los minerales menos solubles comenzarán a formar escamas de minerales precipitados en la superficie de la membrana.
La figura muestra una trayectoria de flujo típica a través de un sistema de RO comercial en varias etapas. Este tipo particular de configuración se conoce como una matriz 4: 2: 1. Una bomba de alta presión alimenta las primeras cuatro carcasas de membrana en paralelo. El agua residual de estos cuatro alojamientos de membrana proporciona el agua de alimentación para la segunda etapa, que consiste en dos alojamientos de membrana alimentados en paralelo. El agua residual generada por estos dos alojamientos de membrana de la segunda etapa proporciona el agua de alimentación a la última o tercera etapa. El agua rechazada que sale de la membrana de la tercera etapa tiene el TDS más alto. Debido a que la (s) membrana (s) en la tercera etapa final están sujetas a la mayor cantidad de agua con TDS, es más probable que se incrusten primero y es la más rápida de incrustarse en caso de que el tratamiento previo, ya sea un descalcificador o un agente químico antiincrustante deja de funcionar o no se mantiene adecuadamente.
En un sistema de RO bien diseñado, cada membrana convierte un máximo del 15 por ciento del agua que se alimenta en el permeado. El otro 85 por ciento se convierte en el agua de reposición de la siguiente membrana o, si no hay otras membranas presentes, se envía una parte del agua para drenar, mientras que la parte restante se devuelve al lado de succión de la bomba de alimentación. Reciclar una parte de las aguas residuales y volver a introducirla nuevamente en el lado de succión de la bomba de alimentación es un concepto conocido como reciclaje o recirculación interna de rechazo. Esto ahorra una gran cantidad de agua, pero aumenta el TDS del agua de alimentación a la membrana porque el agua de alimentación cruda ahora se está mezclando con aguas rechazadas de TDS más altas.
Porcentaje de rechazo iónico
Al confirmar el rechazo iónico de una membrana, recuerde que el TDS del agua de alimentación no es el TDS del agua proveniente del descalcificador y del filtro de carbón activo, sino el TDS del agua después de la mezcla del rechazo reciclado con el agua de alimentación. Dependiendo del diseño del sistema, un sistema de RO de membrana única que se alimenta con agua de TDS de 500 ppm que funciona con una recuperación del 50 por ciento con reciclaje de rechazo podría tener un TDS de agua de alimentación de membrana mezclada de 750 ppm. Para calcular el rechazo iónico de una membrana, siga esta fórmula:
(Agua de alimentación de membrana TDS – TDS de agua permeada) / Agua de alimentación de membrana TDS x 100 =% de rechazo iónico
Cuando compruebe el porcentaje de rechazo iónico de una membrana con respecto a la hoja de datos del producto de la membrana, recuerde que las pruebas de los fabricantes de membranas se realizan bajo parámetros muy específicos o condiciones estándar: El pH, la temperatura, la presión del agua de alimentación, el TDS del agua de alimentación y el tipo de iones (generalmente cloruro de sodio) generalmente se anotan siempre en la hoja de datos del producto porque cada uno de estos afecta el rechazo iónico. Diferentes iones tienen diferentes valores de rechazo. El pH afecta el rechazo iónico de muchos iones. La temperatura, la presión del agua de alimentación y el TDS afectan la velocidad de flujo o gpd por pie cuadrado del material de membrana de una membrana. Por ejemplo, puede observar que un sistema de RO hace que el agua del TDS sea menor con una presión de alimentación más alta en la membrana que con las presiones de agua de alimentación más bajas. Esto se debe a que la tasa de migración de la sal iónica a través de una membrana es bastante constante; sin embargo, la mayor presión del agua de alimentación a la membrana hace que se cree más agua purificada, lo que diluye los iones inevitables en el permeado a un nivel más bajo, lo que causa un TDS total de permeado inferior. Esto tiene un impacto directo en el porcentaje de rechazo iónico de una membrana, por lo que los fabricantes de membranas han establecido condiciones de prueba estándar para eliminar estas variables.
Tasas de flujo, el famoso “flux” (GFD o lmh)
La tasa de flujo de una membrana de RO es la cantidad de agua permeada que produce la membrana por pie cuadrado de material de membrana por día (generalmente expresada como gfd o galones por pie cuadrado por día). Por ejemplo, las membranas comunes de 4 x 40 tienen una superficie total de pies cuadrados de 87 pies cuadrados. Por lo general, se clasifican como membranas de 1,800 gpd. Para calcular la tasa de flujo gfd de esta membrana, divida los galones por día por la cantidad cuadrada: 1,800 / 87 = 20. Para pasar de GFD a lmh, multiplique por 1,7.
Imagine que esta membrana está siendo operada a 20 gfd o 34 lmh. Las tasas de flujo de la membrana están limitadas por el SDI del agua de alimentación. SDI es la característica de taponamiento del filtro del agua debido a los sedimentos microfinos. Todas las aguas tienen diferentes SDI. El agua de pozo por lo general tiene menores SDI y las aguas superficiales por lo general tienen más alta, pero no siempre. Un agua permeada tiene una SDI extremadamente baja. Una SDI de uno es mejor que una SDI de tres. Por encima de un DSDI de tres, es más probable que se produzcan incrustaciones de partículas en las membranas a altas tasas de flujo. Si eso sucede, reduzca la velocidad de flujo de la RO a 16-17 GFD, disminuyendo la presión del agua de alimentación a la (s) membrana (s) y produciendo menos permeado. En un sistema de RO comercial de múltiples etapas, como el descrito en la figura anterior, no todas las membranas producen la misma cantidad de agua permeada.
La presión del agua de alimentación a las membranas es más alta en la primera etapa, más baja en la segunda etapa y más baja en la tercera etapa final. Esto se debe a que en cada etapa se produce una pérdida de presión de alimentación de la membrana. El TDS del agua de alimentación de membrana en la primera etapa es más bajo que el TDS del agua de alimentación de membrana en la segunda y tercera etapas porque la segunda etapa se alimenta con agua rechazada de la primera etapa y la tercera etapa se alimenta con agua de rechazo desde la segunda etapa escenario. Estas dos características operativas de los sistemas de RO de múltiples etapas dan como resultado membranas de la primera etapa que funcionan a una tasa de flujo más alta que las segundas dos etapas. Dependiendo del diseño del sistema, las incrustaciones de partículas pueden desarrollarse en las membranas de la primera etapa antes de la segunda y la tercera debido a la mayor tasa de flujo.
Autopsia de membrana
Las membranas se pueden limpiar siguiendo las pautas de los fabricantes de productos químicos de limpieza o de membrana. Como regla general, si las membranas requieren hasta un 15 por ciento más de presión de alimentación para producir la misma cantidad de permeado que cuando eran nuevas o hasta un 15 por ciento menos de permeado a la misma presión de alimentación y temperatura que cuando estaban nuevos, se pueden limpiar. Ignorar estos porcentajes de referencia puede significar que las membranas pueden no responder bien a la limpieza.
La autopsia de una membrana es útil para determinar qué está causando problemas de incrustaciones. Sigo un procedimiento simple que puede ser muy revelador. Comience por hacer un corte superficial en la envoltura exterior de la membrana de arriba a abajo. Retire la cinta o la envoltura de fibra de vidrio. De nuevo, haga un corte superficial de arriba a abajo, esta vez a través de la primera capa de la membrana. La membrana ahora debería desenrollarse como un rollo de toallas de papel. Mira lo que está en la superficie de la membrana. En este punto, dados los resultados del análisis del agua, puede comenzar a sacar algunas conclusiones. El rojo puede indicar la presencia de hierro o arcilla, o ambos. Gris a negro podría indicar manganeso (gris también podría significar limo). Fino, polvo suelto podría ser limo. La arena dura (con una textura apelmazada, parecida al papel de lija) es escama. Secar una sección de la membrana con la incrustación, raspar una muestra y poner ácido clorhídrico en ella. Si hace espuma, posiblemente sea algún tipo de carbonato de calcio o magnesio; esto podría significar que el ablandador o el producto químico de tratamiento previo antical no funciona correctamente.
Si la incrustación se parece a los cristales de azúcar y no hace espuma cuando se aplica ácido clorhídrico, puede ser basada en sulfato de calcio. Todavía se requiere calcio para hacer esta forma de incrustación, por lo que el descalcificador aún podría ser el problema. Recolecte más de esta incrustación y empápela durante la noche en una pequeña cantidad de agua desionizada. Al día siguiente, realice una prueba de dureza en el agua desionizada que tenía la escala empapada para ver si el contenido de dureza se elevó por encima del nivel original del agua desionizada. Esto indica y confirma que la incrustación de dureza está presente. ¿Está la membrana viscosa? Deje que la membrana se caliente a temperatura ambiente y huela. ¿Tiene un olor a pescado? El ensuciamiento microbiológico podría ser el problema.
Con cada una de estas pruebas, repase el tratamiento previo responsable de abordar ese problema. ¿Está funcionando correctamente? ¿es el tamaño adecuado? Luego puede hacer los ajustes adecuados o agregar el componente que podría faltar. Identificar la naturaleza del ensuciamiento también ayudará a seleccionar el producto de limpieza adecuado para las membranas. No se trata de limpiar por limpiar…existe una causa y un orden a seguir.
Conclusión
La tecnología de ósmosis inversa es un campo amplio con muchas aplicaciones del mundo real. Las plantas de procesamiento de agua embotellada y alimentos han incorporado sistemas de RO en sus instalaciones para garantizar un producto más consistente. Las instalaciones de acabado y chapado de metal utilizan agua RO para el lavado, soluciones de recubrimiento y aplicaciones de enjuague. Los lavadores autoservicio y túneles de lavado de coches emplean sistemas de RO para eliminar la mayoría de los minerales formadores de manchas del agua, para brindar a sus clientes un enjuague sin manchas. Las calderas de vapor que usan RO para el agua de compensación obtienen ahorros de energía al reducir la frecuencia de purga, lo que a su vez reduce los costos de los químicos. A lo largo de los años, los sistemas de desionización de lecho separado han sido reemplazados por sistemas de RO, lo que elimina la gestión en el sitio de sustancias químicas ácidas y cáusticas. La ósmosis inversa se ha convertido en un elemento común en restaurantes, laboratorios, hospitales y en una amplia gama de instalaciones de fabricación.
Continúe informándose en nuestro BLOG, en esta área. Al hacerlo, se encontrará más informado y elegirá mejor cual es la opción adecuada de tratamiento para su instalación.
Ing. Jorge Eduardo Rodriguez Rojo
Grupo AEMA
Manual básico de ósmosis inversa en la industria
Tratamientos de aguas para Bodegas: Desinfección mediante radiación ultravioleta en bodegas
Tratamientos de aguas para Bodegas
El sistema de desinfección mediante radiación ultravioleta es muy utilizado en bodegas. Al tratarse de una industria alimentaria, el agua debe cumplir con las exigencias del Real Decreto 140/2003. En tal sentido los biocidas que pueden incorporarse al agua de consumo humano están muy restringidos y prácticamente limitados al cloro, pero en muchos procesos el agua debe usarse declorada para garantizar la calidad del vino. Esto obliga a las bodegas a disponer de un sistema de desinfección de probada eficacia para garantizar la calidad microbiológica del agua en los puntos de consumo.
La desinfección por radiación ultravioleta se basa en generar una radiación con una longitud de onda de 254 nm (nanómetros) que es muy efectiva para la desinfección. El ADN que encontramos en las células de todos los seres vivos presenta un máximo de absorción cercano a esta longitud de onda. Si se irradia el ADN con radiaciones de 254 nm, se provoca una reacción fotoquímica que lo desactiva. De esta forma queda paralizado el metabolismo de los gérmenes impidiendo la posibilidad de reproducción, con lo cual el germen se neutraliza.
Por otra parte los equipos de radiación ultravioleta permiten eliminar el cloro combinado residual que haya podido traspasar los filtros de carbón activo típicamente utilizados en la decloración del agua de aporte en la industria del vino, lo cual en una bodega aporta una seguridad adicional en la prevención de la formación de derivados clorados y tricloroanisol.
La desinfección mediante radiación ultravioleta es un proceso rápido y muy efectivo, no obstante cuando se utiliza en una bodega, para garantizar la desinfección debe tenerse en consideración que:
-Para la inactivación de los microorganismos se precisa una determinada energía de radiación UV que puede ser distinta dependiendo del tipo de microorganismo; para asegurar la desinfección del agua la Norma UNE-EN 14897 especifica que la dosis mínima de radiación UV debe ser de 400 J/ m2, que ha demostrado ser suficiente para la inactivación de la mayoria de bacterias y virus. El equipo que se utilice debe ser capaz de suministrar esta dosis en las condiciones reales de funcionamiento.
Para poder garantizar la desinfección del agua, en los equipos UV se debe ajustar siempre el caudal de agua tratada a la transparencia del agua a la radiación ultravioleta. En un agua opaca la luz UV no puede pasar y la desinfección no se realiza.
La radiación UV no es visible para las personas y un agua con sustancias opacas a la luz UV puede ser totalmente transparente para el ojo humano. Por este motivo siempre se debe analizar un parámetro denominado “transmitancia” en la longitud de onda utilizada para la desinfección (normalmente 254 nm). El valor de este parámetro nos indicará la transparencia del agua a la radiación ultravioleta utilizada y nos permitirá determinar el caudal máximo que puede pasar por el equipo para obtener la dosis mínima de radiación que garantice la desinfección.
-Si la desinfección mediante radiación ultravioleta se realiza en circuitos de agua caliente debe considerarse que las características de las lámparas generadoras de radiación UV dependen de la temperatura. En general los equipos standard son adecuados para agua hasta una temperatura máxima de 35 40 oC, pero la dosis de radiación suministrada disminuye en forma muy importante con la temperatura. Cuando se desea realizar una desinfección en un circuito de agua caliente se deberá utilizar un equipo diseñado para proporcionar una dosis útil de radiación a la temperatura de trabajo.
-La desinfección mediante radiación UV no posee ningún efecto residual; por consiguiente, normalmente debe realizarse lo más cerca posible del punto de consumo.
El agua descalcificada, declorada y desinfectada mediante radiación ultravioleta se puede utilizar como aporte para el lavado de barricas, lavado de botellas, lavado de filtros y aporte a humidificadores.
Tratamientos de aguas para Bodegas
Cómo evitar que el vino coja un sabor desagradable por culpa del cloro
Un aspecto muy importante en la elaboración del vino, es el relacionado con la calidad y características del agua que se utiliza en las diversas fases de su proceso de elaboración.
Desde que se recibe la uva en la bodega hasta el envasado final de las diversas calidades de vino, existen toda una serie de procesos que precisan agua con unas características muy concretas para su correcta realización.
Agua de aporte
De acuerdo con el Articulo 2.b del Real Decreto 140/2003 relativo a la calidad del agua de consumo humano, se considera que”Todas aquellas aguas utilizadas en la industria alimentaria para fines de fabricación, tratamiento, conservación o comercialización de productos o sustancias destinadas al consumo humano, así como a las utilizadas en la limpieza de las superficies, objetos y materiales que puedan estar en contacto con los alimentos”, se hallan incluidas en su ámbito de aplicación y, por consiguiente, todas ellas deben cumplir con las especificaciones exigibles al agua de consumo humano.
Esto significa que si el agua de aporte es agua de red, solamente deberemos comprobar que, en los diversos circuitos de la bodega, se mantengan sus características de potabilidad; por el contrario si el agua procede de una captación propia se deberán realizar los tratamientos adecuados para garantizar el cumplimiento de los requisitos establecidos en el RD 140/2003.
Por otra parte, tanto si se utiliza agua de red como si se usa agua de captación propia tratada, hay que considerar que en ambos casos el agua generalmente dispondrá de un desinfectante residual, que normalmente será cloro.
En un agua de consumo humano, el cloro se utiliza para evitar el crecimiento de microorganismos y, normalmente, no produce efectos secundarios significativos, no obstante, en una bodega, el cloro puede dar lugar a la formación de diversos derivados clorados que aporten un mal sabor al vino, lo que se conocer como “gusto a corcho”.
El “gusto a corcho” puede tener un origen microbiano procedente de los tapones de corcho, pero también puede ser producido en las barricas de madera, en uvas en mal estado e incluso en materiales de embalaje.
En la lignina de la madera de las barricas, en estado natural se encuentran compuestos fenólicos. El cloro, en condiciones adecuadas, se asocia a estos fenoles para producir clorofenoles, y concretamente el triclorofenol, que posteriormente puede transformarse en el tricloroanisol (TCA).
El tricloroanisol es muy volátil y produce un notable cambio del sabor del vino incluso en muy bajas concentraciones. El umbral de detección por el olfato humano del tricloroanisol es de alrededor de 5 partes por trillón.
También en los tapones de corcho, la presencia de determinados hongos en combinación con cloro puede formar tricloroanisol, lo cual hace que el corcho presente un olor muy desagradable a moho. El contacto prolongado de un corcho que posee este defecto, con el vino, trae como consecuencia que éste adquiera los mismos olores desagradables.
Cómo evitar que el vino coja un sabor desagradable por culpa del cloro
Tal y como hemos visto, el cloro en determinados procesos en una bodega, puede formar derivados clorados y concretamente clorofenoles y tricloroanisol, que pueden aportar un sabor desagradable al vino.
Para evitar este problema el agua que está en contacto con las barricas, y directa o indirectamente con los tapones de corcho, debe declorarse.
Para eliminar el cloro presente en el agua, la forma más sencilla es hacerla pasar a través de un lecho de carbón activo. El carbón activo adsorbe en su superficie materia orgánica y derivados clorados y elimina por reacción química el cloro libre presente en el agua.
Cuando se utilizan decloradores en una bodega se debe considerar lo siguiente:
-El carbón activo, al eliminar el cloro libre residual presente en el agua, la deja desprotegida frente a cualquier posible contaminación microbiológica. Deberá preverse pues un sistema de desinfección adicional posterior mediante radiación ultravioleta o por elevación de la temperatura que permita garantizar la calidad microbiológica del agua en los puntos de consumo.
-El carbón activo elimina por completo el cloro libre presente en el agua, pero si existe cloro combinado (cloraminas o cloro unido a materia orgánica que todavía conserva un cierto poder de desinfección), éste normalmente no es destruido por completo. Siempre que por las características del agua de aporte (posible presencia de materia orgánica) pueda preverse la formación o la existencia de cloro combinado, es aconsejable que posteriormente al declorador se instale un equipo de radiación ultravioleta que permita eliminar del cloro combinado residual existente.
-Los lechos de carbón activos pueden ocasionalmente contaminarse. Es aconsejable realizar controles microbiológicos periódicos para garantizar la calidad del agua declorada y si, por las características del agua de aporte o de la instalación, se prevé una importante contaminación es aconsejable utilizar decloradores construidos en acero inoxidable que permitan su sanitización periódica con vapor o agua caliente.
Agua de aporte
Ventajas de utilizar Filtros de lavado en Continuo para el tratamiento de agua de procesos y aguas de aporte
Filtros de lavado en continuo para el tratamiento de agua de procesos y aguas de aporte
El sistema de filtrado con sistema de lavado en continuo, supone un gran avance tecnológico con respecto a los sistemas convencionales. Estos funcionan de forma discontinua con un descenso progresivo en su rendimiento, en cuanto que garantizan el caudal y la calidad continua del filtrado, sin necesidad de interrupción durante el proceso.
El mecanismo de limpieza aplicado del lecho de arena, hace que este sistema sea único.
Hay distintos modelos que en función del caudal, del agua que se debe tratar, de la calidad del agua, etc. Puede ser variada su fabricación, adaptando el sistema por tamaños, materiales y características requeridas de diseño.
La fabricación más estándar es el modelo que produce 60 m3/h en construcción de acero inoxidable AISI 304, cuyo diámetro es 2,5 m y altura 5 m, pero este modelo puede cambiar en dimensiones, en base a las características que se requieran y que son función de la velocidad de paso, puede cambiar los materiales constructivos, dependiendo de las condiciones de resistencia de estos ante distintas tipologías de agua o incluso por exigencias del proyecto.
El equipo cumple con los estándares de calidad establecidos y que garantizan la idoneidad de su fabricación y funcionamiento.
Hay que resaltar que los filtros de lavado en continuo tienen ventajas respecto de los sistemas convencionales de filtración, mediante sistemas tricapas a presión. Las ventajas más destacadas que presentan los filtros de lavado en continuo son las siguientes:
1) En primer lugar y el más importante, son los costes de operación tan reducidos que tienen los filtros, prácticamente despreciable.
2) En segundo lugar y no por ello menos importante, la no necesidad de personal técnico de mantenimiento para la operación. NO tiene equipos que pueda ocasionar averías y en consecuencia paradas del sistema.
3) No necesidad de tener repuestos, ante la previsión de averías.
4) Un detalle a resaltar es que la calidad del agua es siempre constante, a diferencia de los cerrados. Los filtros que trabajan a presión y con contralavados, la calidad varía en función del punto de operación en el que se encuentran, además la producción de agua también cambia.
5) Fácilmente ampliable.
6) No tiene necesidades energéticas elevadas, por lo que los costes de implantación a su cargo son más bajos, porque no tienen que llevar una acometida eléctrica exagerada.
7) No necesitan edificio, es todo construcción en acero inoxidable y no tiene elementos electromecánicos que se dañen.
8) No tiene crepinas que se rompan y que obliguen a vaciar el filtro para la reparación, labor muy costosa.
Si quieres saber más sobre el diseño y funcionamiento de los filtros de lavado en continuo puedes visitar el siguiente enlace:
Estación depuradora de aguas residuales de Zumos Valencianos del Mediterráneo (Puerto de Sagunto, Valencia)
RESUMEN
La empresa Agua, Energía y Medio Ambiente Servicios Integrales S.L. (AEMA S.L.) ha diseñado, construido y puesto en marcha la planta depuradora de la empresa Zumos Valencianos del Mediterráneo S.A. (ZVM) en Sagunto, Valencia.
La solución propuesta e implantada por AEMA combina un tratamiento físico químico con un tratamiento biológico mediante sistema MBR. La excelente calidad del efluente obtenido cumple perfectamente con los requisitos legislativos y posibilita su reutilización directa para diferentes usos según lo dispuesto en el “RD 1620/2007, de 7 de diciembre, por el que se establece el régimen jurídico de la reutilización de las aguas depuradas”.
1.-INTRODUCCIÓN
Las aguas industriales producidas por la industria agroalimentaria contienen contaminantes que en muchos casos superan los parámetros establecidos por la legislación. Suelen presentar altas cargas orgánicas, lo cual se caracteriza por sus elevados niveles de Demanda Química de Oxígeno (DQO) y de Demanda Biológica de Oxígeno (DBO). Esta problemática provoca que la reducción de los niveles de carga contaminante, con el propósito de cumplir los parámetros impuestos por la legislación, se haya convertido en una prioridad para este tipo de industrias.
La empresa AEMA posee una amplia experiencia en el tratamiento de este tipo de vertidos y ofrece las mejores soluciones para cada industria en particular. En este sentido, AEMA ha finalizado recientemente la instalación y puesta en marcha de la estación depuradora de la empresa “Zumos Valencianos del Mediterráneo S.A.” (ZVM) ubicada en Puerto de Sagunto, Valencia.
2.- CARACTERÍSTICAS DEL VERTIDO
ZVM es una empresa cuya actividad principal es la producción de zumos exprimidos de cítricos con una producción estimada de 100 millones de litros de zumo de naranja al año.
La EDAR está diseñada para tratar un agua con las siguientes características:
PARÁMETROS DE DISEÑO |
|
Caudal de diseño (m3/día) |
2.000 |
Caudal medio en 24 horas (m3/h) |
83,33 |
Caudal punta (m3/h) |
96 – 170 |
pH |
4 – 6 |
DBO5 (mg/l) |
6.000 |
DQO (mg/l) |
10.000 |
SS (mg/l) |
1.100 |
AyG (mg/l) |
9 – 10 |
NTK (mg/l) |
70 |
Ptotal (mg/l) |
9 – 10 |
Conductividad (µS/cm) |
400 – 1.600 |
Tabla 1. Datos de diseño de la depuradora.
Actualmente, la empresa vierte a colector público y los límites de vertido aplicables son los siguientes:
LÍMITES DE VERTIDO A COLECTOR |
||
Parámetro |
Concentración media diaria máxima |
Concentración instantánea máxima |
pH |
5,5 – 9,0 |
5,5 – 9,0 |
DBO5 (mg/l) |
500 |
1.000 |
DQO(mg/l) |
1.000 |
1.500 |
SS (mg/l) |
500 |
1.000 |
AyG (mg/l) |
100 |
150 |
N amoniacal (mg/l) |
20 |
85 |
N nítrico (mg/l) |
20 |
65 |
Ptotal (mg/l) |
15 |
50 |
Conductividad (µS/cm) |
3.000 |
5.000 |
Tabla 2. Límites de vertido aplicables
Sin embargo, y dado el conocimiento que AEMA, S.L. dispone en el tratamiento de aguas residuales mediante sistemas de membranas, se diseñará una estación depuradora de aguas residuales de forma que se obtengan unos parámetros de vertido inferiores a lo dispuesto en el Real Decreto 509/1996 de 15 Marzo, por el que se establecen las normas aplicables al tratamiento de las aguas residuales urbanas:
R.D. 509/1996 |
|
D.Q.O. (mg/l) |
£ 125 |
D.B.O.5 (mg/l) |
£ 25 |
S.S.T. (mg/l) |
£ 35 |
Tabla 3. Límites de vertido a cauce público
3.- LINEA DE AGUA
Para conseguir esta capacidad de reducción de sólidos y carga orgánica, la solución propuesta e implantada por AEMA ha sido la instalación de un tratamiento físico-químico seguido de un tratamiento biológico con tecnología de biorreactor de membranas.
Figura Línea de proceso de la planta depuradora de aguas residuales industriales de ZVM
3.1.- DESBASTE
Debido a la gran cantidad de desechos sólidos generados en este tipo de industrias, como pueden ser restos de fruta, peladuras, ramas, hojas, etc. es imprescindible instalar un equipo de desbaste para separarlos y proteger a los equipos integrantes de la depuradora frente a posibles obstrucciones. Por ello, se ha instalado un tamiz de tornillo de elevada eficiencia. Con este equipo se pueden eliminar aquellos sólidos que posean un diámetro superior a 3 mm.
3.2.-HOMOGENEIZADOR
El agua tamizada cae al pozo de bombeo de agua bruta y desde aquí se introduce en la balsa de homogeneización. En este tanque se consigue laminar tanto las cargas como los caudales de entrada, de tal manera que el vertido tratado sea lo más homogéneo posible,
El tanque dispone de un sistema de aireación mediante difusores de burbuja fina en el fondo del mismo. Este sistema permite que la materia más fácilmente biodegradable se empiece a oxidar. De esta manera se consiguen reducir los tratamientos posteriores.
En el homogeneizador se realiza el control de pH mediante la adición de sosa debido al carácter marcadamente ácido, con valores entre 4 y 6, que presentan las aguas residuales que entran a la planta depuradora.
3.3.- TRATAMIENTO FÍSICO-QUÍMICO
Dado el elevado contenido en aceites esenciales del vertido producido en la planta, se considera necesaria la instalación de un tratamiento físico-químico compuesto por un tanque de coagulación – floculación seguido por un sistema de flotación por aire disuelto (DAF) para la separación de aceites y grasas.
3.3.1. Cámara de coagulación-floculación
El agua del homogeneizador es bombeada a las cámaras de coagulación-floculación: en la primera cámara se dosifica el coagulante y en la segunda el floculante. La dosificación de estos productos mejora el rendimiento del sistema DAF al provocar la formación de flóculos. Desde estas cámaras el agua pasa al equipo de flotación por rebose.
3.3.2. Equipo de flotación D.A.F.
El equipo de flotación DAF está diseñado para un caudal de 100 m3/h. Este sistema permite eliminar aceites y grasas, materia coloidal y sólidos sedimentables mediante la inyección de aire a presión, provocando la flotación de dichas sustancias. La instalación de esta unidad de tratamiento resulta fundamental para poder eliminar los aceites esenciales que genera la piel de la naranja, ya que de lo contrario estos podrían inhibir el posterior tratamiento biológico. Este hecho es debido a la presencia del D-Limoneno, un potente bactericida capaz de inhibir cualquier proceso biológico (Falk et al.), 1998).
El clarificado del DAF se recoge en un pozo de bombeo para ser impulsado por medio de dos bombas sumergibles al tratamiento biológico. Por otro lado, los fangos separados son bombeados al tanque de digestión de fangos para su tratamiento.
3.4.- TRATAMIENTO BIOLÓGICO
El tratamiento biológico en esta E.D.A.R se realiza mediante tecnología MBR, la cual combina la tecnología convencional de fangos activos con tecnología de membranas.
El tratamiento biológico propiamente dicho comienza en el reactor biológico, formado por dos reactores de 7.000 m3 aproximadamente funcionando en serie, lo cual mejora el rendimiento global de la planta.
En los reactores biológicos un grupo de bacterias se pone en contacto con el agua a depurar en presencia de oxígeno en exceso. Este oxígeno es aportado a través de cuatro soplantes de 315 kW cada una, que introducen aire de manera uniforme a través de parrillas de difusores de burbuja fina.
Para el control de la oxigenación del reactor, los grupos soplantes han sido dotados de un variador de frecuencia y se han instalado equipos de medición del oxígeno disuelto (OD) en los reactores biológicos. De este modo, el caudal de aire aportado por las soplantes es controlado desde el PLC que actúa sobre el variador de frecuencia a partir de la medida de OD registrada en el reactor biológico, para situar este parámetro dentro de un rango (set-point de OD) predeterminado.
3.4.1. Membranas de ultrafiltración
Los sistemas MBR instalados por AEMA utilizan membranas de ultrafiltración de fibra hueca reforzada, en configuración interna.
Este tipo de membranas trabajan sumergidas, en este caso en un depósito anexo al reactor biológico que recibe el licor mezcla de este. Así se facilitan las labores de mantenimiento y limpieza de las membranas, respecto a aquellas membranas que se alojan directamente en el reactor biológico.
La filtración se produce sometiendo las membranas a una ligera depresión (0,5-1 bar) de manera que el permeado atraviesa la membrana y circula por su interior y los sólidos se quedan fuera. Estas membranas de ultrafiltración presentan un tamaño de poro alrededor de 0,035 μm, por lo que son capaces de retener todos aquellos sólidos que superen este tamaño, bacterias y algunos virus.
En el caso de ZVM concretamente, el diseño consiste en dos trenes de membranas de ultrafiltración de funcionamiento independiente. Este sistema es capaz de tratar un caudal de hasta 100 m³/h.
El proceso se controla automáticamente por medio de un controlador programable. El automatismo del sistema optimiza la gestión del proceso y la secuencia de operación sin necesidad de la presencia de personal.
El efluente que se obtiene del proceso atraviesa un caudalímetro y se vierte a colector.
Los fangos producidos se recirculan al tanque de aireación para que se pueda mantener una concentración de fangos determinada y el exceso de fangos es purgado y enviado a la línea de fangos para su acondicionamiento.
4.- LÍNEA DE FANGOS
La línea de fangos tiene como objetivo disminuir el volumen de lodos y estabilizarlos para eliminar los malos olores. Esta línea esta compuesta por un digestor aerobio, un espesador de gravedad, una centrífuga y un silo de almacenamiento.
4.1.- Digestor de fangos
El fango sobrante del tratamiento primario y secundario se purga al digestor de fangos. Este tanque dispone de un sistema de aireación para conseguir la descomposición química del fango residual. La digestión aerobia de los lodos resulta una vía muy adecuada para la reducción de microorganismos y contenido de materia orgánica, lo que reduce su potencial de generación de malos olores (Ávila et al., 2007) así como la cantidad de fango a gestionar.
4.2.- Espesador de gravedad
Del digestor se pasa el fango hasta el espesador de gravedad. El objetivo es reducir el volumen del fango mediante la eliminación parcial del agua presente en el mismo. Con este sistema se consiguen fangos con un 4-6 % de materia seca.
4.3.- Centrífuga y silo de almacenamiento
El fango concentrado es bombeado desde el espesador hasta la centrífuga para conseguir reducir la cantidad de agua. Antes de que el fango entre en este equipo se acondiciona mediante la adición de poliectrolito para aumentar el tamaño de las partículas y ayudar a su deshidratación. A la salida de la centrífuga se consigue un fango con un porcentaje de materia seca superior al 20%, el cual es almacenado para su gestión posterior.
4.4. Edificio de planta y equipo de desodorización:
Tanto el equipo de control y cuadros eléctricos, como el equipo de deshidratación y los skid de membranas se encuentran dentro del edificio de planta. El mismo ha sido dotado de un sistema de desodorización para minimizar el impacto que la instalación pudiera tener en el ambiente.
5.- RESULTADOS
En la siguiente tabla se muestran los resultados obtenidos en la planta, tanto del afluente como del efluente, así como rendimientos de eliminación de DQO, DBO, SST y AyG.
Tal y como se puede observar, durante todo el periodo en que se ha operado la planta, los valores de los distintos parámetros han resultado muy por debajo de los límites establecidos para el vertido a cauce público, que obligan a respetar un valor menor a 125 mg DQO/L, 25 mgDBO/L y 35 mgSST/L. Por otro lado, también se puede observar que, a pesar de las fluctuaciones del afluente a la planta, el comportamiento de esta ha sido muy robusto consiguiéndose un efluente muy estable durante todo el periodo con rendimientos máximos en todo momento.
6. CONCLUSIONES
Los valores obtenidos en el efluente muestran que el tratamiento diseñado e implantado por AEMA en ZVM consigue un efluente que cumple holgadamente el “Real Decreto 509/1996, de 15 de marzo, de desarrollo del Real Decreto-ley 11/1995, de 28 de diciembre, por el que se establecen las normas aplicables al tratamiento de las aguas residuales urbanas”.
En este sentido, la combinación de un tratamiento físico-químico seguido por un tratamiento biológico con sistema MBR de ultrafiltración ha demostrado una gran eficiencia para el tratamiento de los vertidos producidos por la empresa ZVM. Y no sólo una gran eficiencia sino también una gran estabilidad ante las variaciones del afluente a la planta.
Además, las características obtenidas en ensayos realizados con anterioridad (Huete et al, 2010) han demostrado que los efluentes de sistemas MBR implantados por AEMA, son capaces de alcanzar los límites necesarios para su reutilización según lo establecido en el “Real Decreto 1620/2007, de 7 de diciembre, por el que se establece el régimen jurídico de la reutilización de las aguas depuradas”.
El efluente obtenido con el sistema MBR podría ser reutilizado para el riego de zonas verdes urbanas, baldeo de calles, sistema contra incendios y lavado industrial de vehículos (Uso Urbano, calidad 1.2: Servicios), así como para uso agrícola, uso recreativo y para algunos usos industriales sin necesidad de ningún tratamiento terciario ni desinfecciones adicionales.
7.- REFERENCIAS
Ávila Díaz A.C., Domínguez Alonso F.J. (2007) “Estabilización de lodos por digestión aerobia”. Ingeniería Química vol.443. págs. 112-122.
Falk A., Bard J., Karlsoon S. (1998) “Limonene”. Concise International Chemical Assessment. Document 5. World Health Organization.
García G., Huete E., Martínez L.C., Torres A. (2010) “Reutilización de agua depurada mediante reactores biológicos de membrana (MBR)”. Tecnología del Agua nº 319, págs. 34-39.
Huete E., Martínez L.D. (2010) “Tecnología M.B.R. para reutilización de agua depurada en riego de zonas verdes”. Infoenviro nº Abril, págs. 88-89.
Real Decreto 509/1996 de 15 de marzo, de desarrollo de Real Decreto-ley 11/1995 de 28 de diciembre, por el que se establecen las normas aplicables al tratamiento de aguas residuales urbanas. BOE nº77, págs. 12038-12041.
Real Decreto 1620/2007, de 7 de diciembre, por el que se establece el régimen jurídico de la reutilización de las aguas depuradas. BOE nº 294, págs. 50639-50661.
Por: Estíbaliz Huete1; Gorka García1; Raquel López1; Alicia Torres2; Luis Carlos Martínez1
1 AEMA (Agua, Energía y Medio Ambiente Servicios Integrales S.L.)
Polígono Industrial El Pilar, C/ Fitero, 9. 26540 Alfaro, La Rioja
Tel.: 941 18 18 18
aema@aemaservicios.com. www.aemaservicios.com
2 Laboratorios Alfaro
Polígono Industrial El Pilar, C/ Fitero, 7. 26540 Alfaro, La Rioja
Tel.: 941 18 44 44
Tecnología MBR para Reutilización de Agua Depurada en Riego de Zonas Verdes
La sociedad de hoy día está cada vez más concienciada respecto a la escasez de uno de nuestros bienes más preciados: el agua y, más concretamente, el agua dulce. En vista de ello, la Administración dirige sus esfuerzos hacia la minimización en su gasto, su depuración para la reutilización cuando sea posible, y para su vertido sin perjuicios para el cauce receptor en todo caso. En este sentido, surge el Real Decreto 1620/2007, de 7 de diciembre, por el que se establece el régimen jurídico de la reutilización de las aguas depuradas. En él se establecen las normas mínimas de calidad que debe cumplir un agua depurada para poder ser reutilizada según el uso al que se vaya a destinar. Se regulan parámetros físico/químicos y parámetros microbiológicos, básicamente: nematodos intestinales, Escherichia coli, sólidos en suspensión, turbidez y, en algunos casos además puede regularse Legionella spp, Salmonella spp y otros contaminantes específicos según el uso.
Los biorreactores de membrana comúnmente llamados M.B.R. (Membrane BioReactor), proceso que consiste en un reactor biológico con biomasa suspendida y una unidad de membranas para la filtración del licor mezcla, están encontrando su sitio en el mercado y desplazando a los procesos convencionales de fangos activados. Entre sus principales causas de éxito se encuentra la capacidad para eliminar bacterias y virus del agua residual, además de sus funciones principales de eliminación biológica de la materia orgánica y separación física de las fases sólidas y líquidas. Es por ello que los sistemas M.B.R. se presentan como un tratamiento compacto y completo para proveer un agua tratada de gran calidad apta para su reutilización.
Precisamente, las últimas investigaciones se centran en la capacidad de desinfección de los sistemas MBR. y en los parámetros que la afectan.
En este sentido, la tecnología M.B.R. destaca por su capacidad de obtención de un efluente de gran calidad. La elevada capacidad de los sistemas MBR. en cuanto a eliminación biológica de materia orgánica y separación de las fases sólida / líquida queda demostrada en las múltiples experiencias existentes en todo el mundo: este sistema ha mostrado rendimientos muy superiores a las tecnologías más convencionales en la eliminación de materia orgánica, así como en la retención de sólidos, consiguiendo efluentes con una calidad muy superior en lo que a parámetros físico/químicos se refiere. La empresa AEMA cuenta con numerosas plantas de tratamiento de aguas residuales implantadas con tecnología M.B.R. que consiguen rendimientos superiores a sus homólogas con tecnología de fangos activados.
Pero además de estas cualidades, esta tecnología ha demostrado su capacidad para producir efluentes con elevada calidad también en cuanto a parámetros microbiológicos. De este modo, la demanda de agentes desinfectantes se elimina o, cuando menos, se reduce, con lo que la producción de subproductos nocivos provenientes de la desinfección con agentes desinfectantes es minimizada (por ejemplo, cloroaminas…).